Mujer haciendo ejercicio
La ansiedad es un círculo vicioso del que es difícil salir. Estamos ante un trastorno psicológico que es una auténtica pandemia. ¡Aquí te orientamos!

La ansiedad es un círculo vicioso del que es difícil salir.  Estamos ante un trastorno psicológico que es una auténtica pandemia en la sociedad actual.

¿Qué es la ansiedad?

Chica en su cama con ansiedad

La ansiedad es un estado mental de anticipación, en que experimentamos nervios y desasosiego. Es una sensación desagradable que nos pone en tensión.

La ansiedad es una respuesta normal de nuestro organismo, que interpreta que debemos ponernos alerta ante un acontecimiento cercano en el tiempo, pero algunas personas se ven secuestradas por la ansiedad y reportan una serie de síntomas y signos (psicológicos y somáticos) molestos.

Combatiendo la ansiedad y sus causas

Por ello, es complicado hacerle frente, aunque no imposible. 

Estas pautas para combatir la ansiedad pueden serte de ayuda a la hora de mitigar sus efectos adversos y entender algo mejor su naturaleza. 

Además, estamos seguros que las cápsulas de taflavix son la mejor opción para combatir el problema y  los molestos síntomas del insomnio. 

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La ansiedad es una sensación desagradable que la mayoría de nosotros queremos evitar.

El problema se agrava cuando decidimos compensar el estado de ansiedad recurriendo a formas de comportamiento estereotipadas y repetitivas.

Estas son conductas que suelen empezar de manera inconsciente, son en parte automáticas y pueden ser más o menos simples (estirarse o arrancarse el cabello, darse golpecitos en una pierna, etc.) o algo más complejas (hacer viajes hasta la nevera y comer algo).

Combatir la ansiedad es combatir el “ya lo haré mañana”

Chica guiñendo el ojo

Los periodos de ansiedad pueden haber sido desencadenados por elementos del día a día que están relacionados con el trabajo, las obligaciones y la toma de decisiones.

Por eso, combatir la ansiedad supone también reconocer las situaciones en las que esta sensación puede dar pie a una profecía autocumplida en la que el propio estado anímico negativo invite tirar la toalla antes de tiempo.

Algo que te servirá es conocer algunas formas de relajarte en casa, esto para que puedas darte un respiro y dejar que tu mente tenga tiempo de descansar.

Divide tu día a día en trozos pequeños

Seguro que te has dado cuenta de que, a partir del momento en el que inicias una tarea que te da pereza hacer, esta se va volviendo cada vez más amena y asumible.

Con la ansiedad pasa algo parecido: para mantener la atención lejos de aquello que produce tensión, empezar una actividad es mucho más eficaz que pensar en iniciar esa misma actividad.

Y es que el hecho de ser consciente de que la ansiedad actúa como lastre a la hora de hacer cosas que queremos hacer es en sí mismo una fuente ansiógena.

Si quieres asegurarte de que se haga lo que debe ser hecho sin que la ansiedad actúe como freno, nada como partir en secuencias cortas las tareas más complejas.

Si tienes que escribir un informe, por ejemplo, la primera tarea puede ser tan simple como encender el ordenador y abrir un editor de texto.

La siguiente secuencia debe partir de ahí y ser también muy breve (escribir el primer párrafo, etc.).

Tómate tu tiempo

La otra cara de combatir la procrastinación es asegurarnos que aprovechamos bien el tiempo que le dedicamos al descanso, ya que estar todo el día haciendo cosas para intentar distraer nuestra atención puede ser agotador.

Si no conocemos la fuente de la ansiedad, este ir y venir de actividades distractoras puede actuar como recordatorio de que estamos ansiosos, y si el origen de la ansiedad está en las obligaciones pendientes, se puede generar un sentimiento de culpa.

Por eso merece la pena ser metódicos con los ratos de descanso y hacer que estos permitan una mejor orientación hacia los objetivos.

 No te empeñes en hacer que la ansiedad se vaya

Desde un punto de vista biológico, la ansiedad es el fruto de dinámicas neuroendocrinas complejas con las que nadie querría tener que lidiar sin la ayuda de los procesos subconscientes que las regulan.

Por eso, conviene tener claro de que sólo se puede combatir la ansiedad de manera indirecta. Por mucho que se pretenda ignorar las sensaciones de tensión y miedo, sobre todo estrés después del trabajo, estas no se van a ir sólo porque nuestra mente consciente se lo pida con amabilidad.

De hecho, intentar suprimir mentalmente estos procesos biológicos no es más que una forma de reconocer que ese problema está ahí.

Para que la ansiedad deje de ser un problema, hay que luchar contra sus síntomas creando nuevas pautas de comportamiento. 

La solución no está en la privacidad de la propia mente, sino en las relaciones entre el cuerpo y el entorno, aprende a tener una vida más relajada y podrás comenzar a hacerle frente a estas sensaciones de la ansiedad.